9.3.10

CANCIÓN EN ESTRIBILLO DE LOS MUERTOS VIVIENTES



Chupóptero de sueños,
envidioso de la vida
que los demás gozaban
tan víctima de sus carencias,
tan esclavo de una libertad
que nunca poseería.
Así erraba pudriendo
todo cuanto tocaba,
el miserable, disfrazado,
careta sobre antifaz.

Tan cobarde como era
escondía su faz pálida,
destruyendo y despreciando
valentías ajenas,
siempre que un alma
cándida y confiada
se prestaba voluntaria
a ser presa de su absurdo.

Qué lástima profunda,
qué vómito me incitan
todos esos cadáveres
tan faltos de talento,
carentes de valores
que sin embargo, respiran
el aire puro y libre
que otros se mereciesen.

Pobres almas malditas
que solamente juegan
a envenenar los sueños
que nunca serán suyos.
Basuras e inmundicias.
Destructores, vampiros,
parásitos, hipócritas
y sobre todo... tristes.
Que luego pienso...

Bastante ya es condena
mirarse en el espejo
y no ver ni siquiera
su imagen reflejada
pues nada tienen propio,
nada sienten, salvo
lo ajeno arrebatado
que tan pronto perece
como flores en azufre.
Si acaso el infortunio
te cruza en su camino
no les des ni la hora,
que no envenenen tu oído.
No merecen si quiera
el tiempo de un latido
que no tienen.
Y no intentes salvarlos,
que son como gangrena.
No hay suficiente luz
que ilumine sus sombras.

Déjalos que se pudran
en sus míseras horas
de tedio y repugnancia
hacia sí mismos.


Nadie recordará su nombre,
sólo lo que han mordido.
Para su casi existencia...
suficiente castigo.



2 comentarios:

  1. "La literatura es una extraña máquina que traga, que absorbe todos los placeres, todos los acontecimientos de la vida. Los escritores son vampiros."

    :)

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  2. Ay, me ha encantado, no sé qué más decir, salvo que me parece realmente bueno.

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