1.3.10

Corpus et anima

P. se duchó larga y tendidamente. Le gustaba enjabonarse cuidadosamente el pelo y sentir el agua casi hirviendo sobre la espalda, inhalando el vapor y entrando en un pequeño trance sensorial. Terminó y fue a vestirse. Estaba ante un gran espejo y las gotas caian sobre su piel desnuda dibujando sus formas femeninas.
Se miraba y se imaginaba qué sudecería si su nariz aumentase un milímetro diario. ¿Cuántos días tardaría su cara en no parecerse a sí misma?
Y si las distintas partes de su cuerpo empezasen a aumentar y disminuir de tamaño hasta que P. dejase por completo de parecerse a sí misma, ¿seguiría siendo ella, seguiría siendo P.?
Claro. Aunque P. no se pareciese en nada a P. , su alma, dentro, seguiría siendo ella misma y lo único que ocurriría sería que observaría con asombro lo que le pasaba a su cuerpo.
Pero entonces, ¿ qué relación hay entre P. y su cuerpo? ¿ tiene su cuerpo algún derecho al nombre de P.? Y si no tiene derecho, ¿a qué se refiere el nombre? ¿sólo algo incorpóreo, inmaterial?
Estas son el tipo de preguntas que se hace P. desde que era niña. Y es que la preguntas verdaderamente serias son aquéllas que pueden ser formuladas por un niño, ingenuo, puro. Sólo las preguntas más ingenuas son verdaderamente serias. Son preguntas que no tienen respuesta. Una pregunta que no tiene respuesta es una barrera que no puede atraversarse. Es decir: precisamente las preguntas que no tienen respuesta son las que determinan las posiblidades del ser humano, la existencia del ser humano.
Lo que P. tenia muy claro era que, teniendo derecho o no a su cuerpo, en la piel que recubre su alma quedarían impresas para siempre, invisibles, las huellas de su vida con sus decepciones y sus alegrías, sus fracasos y sus logros, los besos que recorrieron cada milímetro de piel, los abrazos que la abrigaron en la madrugada, las despedidas que no quiso despedir, las promesas que nunca cumplió.

3 comentarios:

  1. Me encanta :) es muy profundo, pero sin duda mi parte preferida es la última: "...en la piel que recubre su alma quedarían impresas para siempre, invisibles, las huellas de su vida con sus decepciones y sus alegrías, sus fracasos y sus logros, los besos que recorrieron cada milímetro de piel, los abrazos que la abrigaron en la madrugada, las despedidas que no quiso despedir, las promesas que nunca cumplió".
    Es como una mirada al pasado, romántica como siempre Ari :)

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  2. Que bonito Ari, me gusta muchisimo lo que escribes, a ver si quedamos un día para comeer ^^
    un beso enorme, Mire!

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  3. Cuidado, muchacha: "largA y tendidamente".

    No sé cómo haces para que todo te quede tan dulce, Ari.

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